El ensayo de una obra de teatro en una obra de teatro. Un ensayo desastroso que deja un estreno desastroso. Para los personajes claro, porque para los espectadores es un no parar de reír. Locos por el té se llama la obra, aunque té hay poco pero locura mucha.
La obra nos presenta a un grupo de actores que ensayan el vodevil Locos por el té. La directora inglesa intenta poner orden entre la veterana actriz que amenaza siempre con irse, el novato hijo del productor, un actor que siempre tiene propuestas pero le cuesta aprenderse el guión y otro actor que quiere más minutos en escena. Todo ello aderezado con un técnico muy apañao y una costurera muy suya. El egocentrismo, la vanidad, las envidias y los enchufes los unen para sacar el proyecto en común.
Dirigida magistralmente por Quino Falero, el espectáculo se diferencia en dos espacios temporales: los ensayos de la obra y el estreno en el teatro, a cual más delirante. Destaca el papel de Juan (Juan Antonio Lumbreras) con el que lloras de la risa, tanto por el guión como por la interpretación. María Luisa Merlo demuestra su experiencia sobre las tablas en la comedia para conseguir bordar el papel de la actriz veterana Sofia. Esperanza Elipe (Claire), Rocío Calvo (Chusa) y Óscar de la Fuente (Domingo) ofrecen unos momentos desternillantes, mientras que José Luis Santos (Arturo) y Ángel Burgos (Curro) son un buen complemento a unos 90 minutos en los que se llora de la risa.
Danielle Navarro y Patrick Haudecoeur son los autores originales del texto, adaptado en español por Julián Quintanilla. Un texto francés que consiguió el Premio Moliere de mejor comedia en 2011, siendo finalista la edición anterior. Un éxito de crítica y público que estuvo tres años sobre los escenarios del Café de la Gare de París (1991-1993) y que sus autores volvieron a retomar en 2010 hasta la fecha, que continúa sus representaciones en el prestigioso Théâtre de la Renaissance de París.
Locos por el té es una espectáculo imprescindible si quieres estar una hora y media riéndote sin parar, pero también es imprescindible si aprecias el buen teatro, ya que no es humor chabacano, es humor delirante producto de la inteligencia de los autores. Una obra que es de las que se queda para no irse jamás, de las que repites, esperemos que el público madrileño la aprecie como tal.
TAMBIÉN TE INTERESA:
-
Paso a paso: una comedia sobre la amistad, el amor y la superación en el Teatro Alcázar
-
You don’t look arab: un espectáculo que cuestiona la identidad árabe y queer en Europa
-
Fango: el monólogo más polémico y divertido de Rober Bodegas
-
Días de calor: una comedia negra que te hará sudar de risa y de miedo
-
Las piscinas de la Barceloneta: una comedia teatral que te invita a salir del barrio