Ya lo relató George Orwell en su 1984, pero el voyeurismo ha existido siempre. La curiosidad mató al gato, dicen, pero al ser humano le da igual. Sentimos placer cuando observamos las vidas ajenas, de ahí el éxito de programas como Gran Hermano, en los que vemos como actúan unos sujetos encerradas en una casa vigilados por cámaras.
De curiosidad, de observación, incluso de espionaje es de lo que trata El chico de la última fila. Una obra en la que el joven protagonista, Claudio, se introduce en el hogar de un compañero de clase. «Quien la escribió, por cierto, fue profesor de secundaria, como lo es Germán, ese hombre al que vemos al principio de la función corrigiendo las redacciones escritas por sus alumnos bajo el título ‘Mi pasado fin de semana’. Cada una le parece peor que la anterior, hasta que llega a su manos la de ese chico silencioso que se sienta en la última fila. A partir de esa sorprendente redacción, entre el el adulto y el muchacho se establecerá un vínculo tan intenso como peligroso«, explica el propio autor del texto Juan Mayorga.
Dirigida por Víctor Velasco, la obra se estructura en varias escenas diferenciadas por el cambio de luces que ocupan un lugar importante en la función, son las que te trasladan de un ambiente a otro dirigiéndote la mirada por las tablas. Precisamente el movimiento de los actores por el espacio escénico es uno de los puntos que sobresalen, gracias al buen hacer de Israel Muñoz y el propio director.
El chico de la última fila cuenta con la aceptable interpretación de Miguel Lago Casal, Óscar Nieto San José, Olaia Pazos, Rodrigo Sáenz de Heredia, Sergi Marzá y Natalia Braceli en un buen montaje de La Fila de al Lado. Una obra que juega con la posibilidad (¿Y si en vez de esto pasara esto otro?) y con el riesgo de mezclar realidad y literatura. Recomendable verla desde la última fila de las butacas para introducirse mejor en la metáfora de la historia.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=GpGH5kq_MMo]
TAMBIÉN TE INTERESA:
-
Paso a paso: una comedia sobre la amistad, el amor y la superación en el Teatro Alcázar
-
You don’t look arab: un espectáculo que cuestiona la identidad árabe y queer en Europa
-
Fango: el monólogo más polémico y divertido de Rober Bodegas
-
Días de calor: una comedia negra que te hará sudar de risa y de miedo
-
Las piscinas de la Barceloneta: una comedia teatral que te invita a salir del barrio