Entrevista a Luis Andrés, director de VOOYEUR

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Un espectador de teatro paga por mirar, pero todo está determinado: sabe cómo comportarse cuando se encienden los focos, tras los chistes de los protagonistas, en las escenas dramáticas, mientras cae el telón… Vooyeur es todo lo contrario, una experiencia imprevisible para mirones vocacionales, la respuesta a ¿qué harías si te encontrarás con una pareja practicando sexo a escasos centímetros de ti y no pudieras irte?

Los camerinos, un montacargas, el hall, las oficinas del teatro Galileo… son las paradas obligatorias en este recorrido hacia el placer dirigido por Luis Andrés, con quién hablo para saber más acerca de este novedoso montaje.

Vooyeur nos enseña cinco encuentro sexuales de 15 minutos cada uno, pero ¿hasta que punto podremos llegar a adentrarnos en las historias?

Se ve, se oye y se siente. Lo que más me obsesionó del proyecto desde el comienzo fue la premisa ampliamente difundida entre los terapeutas sexuales de que “el preliminar no existe, todo es sexo” Me pareció una verdad necesaria porque pocas veces podemos follar sin antes mirar, hablar, tocar por encima de la ropa, desvestir. Recuerdo que mis mayores erecciones las tuve junto a alguien prohibido, rozando nuestros muslos… si partimos de esta premisa entonces todo lo que pasa en Vooyeur son relaciones sexuales.

Los diferentes espacios del Teatro Galileo sirven como escenarios improvisados de estos encuentros sexuales ocultos. ¿Por qué así y no representarlo todo sobre las tablas?

Vooyeur es un proyecto que nació para ser visto en habitaciones de hotel, sin embargo cuando supimos de la disposición del Teatro Galileo de ceder espacios como el hall, el montacargas, el camerino y la oficina del propio director vimos una posibilidad de que el montaje entrara al escenario sin perder su espíritu casual, caminar por los pasillos del teatro podría incluso fomentar la sensación de juego en los espectadores, hacerles sentir que se están colando sin ser vistos.

Ana Adams, Carmen del Conte, Marta Flich, Alda Lozano, Iban Malo, Rodrigo Ramírez, Mario de la Rosa, José Ygarza son los actores que erotizan el texto de Patricia Jordá, quién también protagoniza la obra. ¿Han aportado ideas nuevas que te hayan sorprendido?

Me considero una persona un tanto pudorosa (en lo público) así que intenté en todo momento que no sintieran que ninguna obligatoriedad en las pautas sexuales, sin embargo, desde el día del casting, me han puesto a sudar con lo contrario,  había que parar la escena para evitar que siguieran quitándose ropa.

¿Crees que somos todos voyeurs o solo a unos pocos les gusta mirar?

A todos nos gusta mirar, lo que no nos gusta es que se sepa

Una de las preguntas que plantea la obra y que te hago a ti es: ¿Qué harías si te encontrarás con una pareja practicando sexo a escasos centímetros de ti y no pudieras irte?

Me ha pasado y me he quedado, siempre me he quedado, incluso cuando los protagonistas no me parecían atractivos y siempre ha sido una sensación de adrenalina y calor

¿Cómo sale el espectador después de vivir esta erótica experiencia?

Espero que salga canturreando los boleros que he preparado para entrar en calor y recordando la puesta en escena en cosas cotidianas de su vida como encender una vela, leer un poema, cortar una fruta o hablar por ordenador porque después de Vooyeur estas acciones contarán sexo.

La Tropa Produce es la encargada de la producción de Vooyeur. ¿Por qué deberían verla los espectadores?

Porque es la mejor manera de empezar la primavera. Excitados dentro de un teatro con una obra divertida de la que florece un erotismo inesperado. Perfecta para romper el hielo.

Por último, ¿alguna recomendación de una obra que hayas visto últimamente?

El señor Ye ama a los Dragones de Paco Bezerra. El autor me resulta siempre obsesivo e interesante y Luis Luque hace una puesta en escena llena de emoción. Me dieron una gran noche.

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