José Padilla: «LOS CUATRO DE DÜSSELDORF es una comedia negra pero desde el lado lúdico»

Hablamos con José Padilla, el autor y director de la obra que aterriza en el Teatro Arlequín de Madrid, por eso hablamos con él tras nacer en su residencia artística en El Sol de York.

los cuatro de düsseldorf«La sinceridad duele a aquellas personas que viven en un mundo de mentiras», dijo el Doctor House en uno de sus episodios televisivos. Así pues, ¿prefieres que te digan toda la verdad o que se escape alguna mentira? Carlos, uno de los protagonistas de Los Cuatro de Düsseldorf, decide apostar por el sincerismo. Hablamos con José Padilla, el autor y director de la obra que aterriza en el Teatro Arlequín de Madrid.

Los Cuatro de Düsseldorf «es, ante todo, una comedia. Después de esta definición tan a grandes rasgos te puedo decir que el adjetivo negra no le sobra. Es una comedia negra con todas las letras, trata temas muy escabrosos pero desde ese lado tan lúdico que te permite el género. Creo que la risa es, una vez vista cualquier obra, la mejor invitación a reflexionar sobre lo que se ha visto», explica José.

La idea nace en una sala de ensayo: «De hecho el primer día que entramos a ensayar no teníamos nada, pero nada, ni una idea, ni tema a tratar, ni género… nada. Ese era un poco el espíritu del proyecto, ver qué éramos capaces de obtener sin tener ni una idea preconcebida. Y con el devenir de las sesiones esta fue la obra que nos salió, la obra que el grupo quiso contar.

Helena Lanza, Delia Vime, Mon Ceballos y Juan Vinuesa son los cuatro intérpretes porque «reúnen una cualidad sin la cual no puedes abordar un trabajo tal y como estaba planteado y es la generosidad. Generosidad para poner tu conocimiento, tu trabajo, al servicio de algo que no sabes a dónde irá a parar. Generosidad para permitirte trabajar en la incertidumbre. Leído así quizá parezca fácil pero no todo el mundo está dispuesto a hacerlo. Perder el control de lo que haces da vértigo, pero creo que en el vértigo hay historias magníficas que contar«.

Los Cuatro de Düsseldorf nació el pasado mes de marzo dentro de la residencia artística de José Padilla en El Sol de York madrileño. Las funciones fueron «muy bien, gracias a su repercusión Los Cuatro de Düsseldorf está teniendo vida. Que una función estrenada en el circuito llamémosle independiente se haya representado después en el Infanta Isabel y ahora en el Arlequín, en plena Gran Vía, es algo que no sucede a menudo. Por fortuna esto empieza a ocurrir, ahí está Tape dirigida por Bruno Ciordia, ahora mismo en el Lara.  Por supuesto, el caso de Los Cuatro de Düsseldorf es obra también de la valentía y criterio de Javier Ortiz de El Sol de York que apostó por un proyecto que en la casilla de salida no tenía absolutamente nada. Si estamos aquí es gracias a eso», recuerda Padilla.

El sincerismo centra toda la obra, pero ¿está a favor de esa tendencia su autor? «¡En absoluto! Me ha sorprendido encontrarme con espectadores que sí lo están. Eso me es muy grato, que cada cual opte por sus propias conclusiones, lo último que quiero es imponer mi punto de vista al que vea una función mía».

No impone, pero José Padilla sí recomienda Los Cuatro de Düsseldorf «porque garantizamos un buen rato que luego, además, no cae en vacío. Me atrevo a apostar a que las conversaciones sobre la función sobrevivirán con mucho a la cena de después del teatro. Y, por supuesto, porque en ella encontrarán a cuatro actores maravillosos».

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