Entrevista a Laura Castrillón, actriz de MI MADRE, SERRAT Y YO

La historia comienza con el «reencuentro entre una madre y su hija gracias a las canciones de Serrat después de un tiempo alejadas y con muchos asuntos que solucionar.

Mi madre, Serrat y yo

Las canciones de Serrat unen a dos generaciones de mujeres, madre e hija, muy diferentes entre sí. Lucía (Marina Skell), la madre, conoció a Serrat en Buenos Aires y adora sus canciones. Penélope (Laura Castrillón), la hija, es profesora de canto y dirige un coro. Culpa a su madre de todos sus males y en particular a la influencia de las ideas y las canciones de Serrat en su vida.

La historia comienza con el «reencuentro entre una madre y su hija gracias a las canciones de Serrat después de un tiempo alejadas y con muchos asuntos que solucionar. Mi papel es el de Penélope, la hija de Lucía. Penélope es estricta, delicada, seria… a diferencia de su madre que es alocada y etérea lo que hará que choquen constantemente durante la obra», explica Laura Castrillón, una de las actrices protagonistas.

El espectáculo lleva más de 5 años de existencia en los que más de 10.000 espectadores han reído y llorado a partes iguales. Un éxito que a Laura le provocó al principio muchos nervios «no tanto por los cinco años de éxito (que era mejor no pensar mucho en ello para no añadir presión) sino porque es una obra en la que desde el primer momento que entramos hasta el final no hay descanso para ninguna de las actrices. Además, la obra es una montaña rusa de emociones y, a día de hoy, puedo asegurar que ninguna función es igual a la anterior. Ya sólo con eso, los nervios conquistaron mi cuerpo durante los primeros meses. Con el paso del tiempo no puedo decir que no me ponga nerviosa, pero me siento de otra manera. Entraríamos más en nervios por responsabilidad y por no saber exactamente qué va a suceder esa noche (insisto: nunca una función es como la anterior). Todo ello teñido, por supuesto, por una confianza tras el éxito cosechado en estos últimos años».

La comedia la escribe y dirige Carlos de Matteis (¿Y si Dios fuera mujer?; Mi padre, Sabina y yo): «Trabajar con Carlos es una maravilla porque en tan sólo unos minutos es capaz de ver en ti en qué se puede convertir un personaje y sabe perfectamente cómo guiarte hasta ese resultado que él vio en su momento. Compartir escenario con Marina es mágico y un verdadero lujazo. Es pura energía que te lleva de una emoción a otra con gran facilidad y aprendo cada día de ella muchísimas cosas», responde Castrillón. 

Las funciones continúan los viernes de mayo y junio, y dos sábados en junio en la Sala Plotpoint (Madrid), a lo que hay que añadir este 31 de mayo en Ciudad Real. «Hay que ver la obra incluso si nunca has escuchado a Serrat. La historia es emocionante, las canciones y sus letras son increíbles (aunque no creas ser muy fan de Serrat, las canciones se vuelven aún más mágicas si cabe) y se presentan en contextos totalmente nuevos que sorprenderán tanto a personas que hayan crecido con Serrat sonando en el coche de sus padres, chicas que se llamen Lucía por Serrat, parejas que se dieron su primer beso con Serrat de fondo… como a las que no les suene más que la famosa canción de Mediterráneo y hayan escuchado las mil y un versiones de Lucía. La historia hace que el público ría, llore y, sobre todo, disfrute«, concluye Laura.

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